¿Por qué para no meditadores?
Porque no está dirigido a quien ya sabe meditar, sino para aquellos que no tienen el tiempo, los recursos o el entrenamiento que requiere la meditación trascendental, para aquellos tantos que sienten la meditación como algo lejano , e inclusive difícil de alcanzar.
Meditar es acallar el pensamiento dando paso a la conciencia, o lo que es lo mismo, alcanzar un estado de paz mental que nos lleve a la consciencia del Ser, y esto, sin ningún entrenamiento o conocimiento, tiene asociación directa con el calificativo “difícil”.
Con el debido respeto y pidiendo profundas disculpas , considero que es amplia responsabilidad de muchos maestros de meditación que , con el fin de dar valor a la disciplina requerida , terminaron teniendo el efecto contrario de alejar a muchos “ comunes mortales” que tienen la inquietud pero terminan sintiéndose incapaces o, en el mejor de los casos dicen “no es para mí”
En contraparte , maestros como Jiddu Krishnamurti , Keshava Bath o el mismo Carlos Medina nos dieron la simpleza de alcanzar la consciencia del Ser a través de métodos muy simples de rutina , en los que la vida se siente tan bien que el próximo paso sería más que una tarea que cumplir hacia el objetivo , un anhelo.
Cabe detenerse a aclarar que , por un lado , estos “maestros” , entre otros, se caracterizaban por algo : no deseaban ser llamados maestros, y esto no era solo un acto de humildad sino de absoluta consciencia de la Unidad del Ser , “maestro” es una etiqueta que les ponemos por la necesidad de diferenciarlos de otras personas en nuestra vida. Pero, tal como ellos decían, maestros son más bien esos seres que regularmente no reconocemos como tales y que con frecuencia rechazamos.
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