" El sábado vamos a oír música en vivo en el café de la plaza" me comunicó Dani pidiendo disculpas por no haberme avisado, en otras épocas preguntábamos detalles , ahora , después de tanto encierro , estaba todo bien.
Asistimos puntuales a un lugar tranquilo , era literal un café "Alegría -Café" , frente a la Plaza Villa Biarritz y no tenia idea que podían tener música en vivo hasta que observé que los música y las mesas estaban en la vereda , sin mucho preámbulo.
Un bajo, un piano y un cantante , este ultimo tenia el aspecto visual de un cubano del Buena Vista Social Club y pronto descubrimos que también tenia el son , la gracia y voz , no exactamente de cubano pero si del Caribe , era venezolano y nos puso a recordar toda la música de esa zona, Alberto Vergara , después de varias recorridas con su música, se radicó al Sur del continente y escogió Montevideo , no se bien por qué , le acompañan " Los Caribeños" y de su adaptación no hay mucha duda.
Éramos pocos , básicamente porque no cabíamos más , aún así muchos venezolanos encontraron lugar para bailar en el reducido espacio. Algunas personas que paseaban por la calle se detenían a escuchar un rato , una pareja de cincuentones se quedó hasta el final ,disfrutando .
Tipo 10 terminaron de tocar y recibiendo cálido y eufórico aplauso del escaso publico , incluyendo a la señora que había permanecido de pie escuchando y de pronto me dijo contenta "No se vayan más" , yo la miré extrañada , no entendía a que se refería y al ver mi cara aclaró : " No se vayan más de Uruguay ustedes los Caribeños , son tan alegres, a nosotros nos hace falta que nos contagien ese Son del Caribe , somos muy tristes ". Me gustó mucho , solo atiné a decirle " Gracias! pero no todos, fíjese usted que espontanea es", se marchó sonriente.
A mi también me dejó sonriente, en realidad han sido muy escasas las expresiones de ese tipo que he podido escuchar en estos años , especialmente de manera tan natural, creo que si mezclamos un poco los excesos, va a salir algo bueno de estas migraciones que a menudo son obligadas por las circunstancias , con ajustes que producen nostalgias pero inevitablemente terminan enriqueciéndonos a todos.
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