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La palmera Boet

¿Que es Boet? Es ese giro de locura sabrosa , es como estar "loco de amor" , o como que algo "me enloquece" , " Esta Boet" , es una locura linda.

Y así es un poco el Boet , el Bar de Sa Pobla que es distinto a los bares habituales del pueblo y, aunque sea una redundancia , es distinto porque es boet...

Tomaron un bar de los de toda la vida y lo dieron vuelta , le pusieron clase , decorados  que  como son muy chic se les llama equipamiento y ambientación porque decoración es una palabra demasiado cotidiana  , tiene hornos ultra dinámicos que se comunican entre ellos , mucho espacio entre las mesas, pantallas y proyectores , un hermoso patio con una palmera ancestral que lo dirige desde su portento.

El Boet tiene gente , los que atienden , trasplantados de otras latitudes , con mucha onda entre ellos que se entienden aunque a los de afuera nos parezca que no , los tres son cocineros de alta gama, que se han hecho juntos en grandes cocinas  y ahora cada uno hace su parte pero todos pueden hacerte un buen platillo.  Los visitantes , pobleros por hecho o por derecho que son tan habituales como para saberse todos los nombres , gustos y preferencias.

La palmera también los conoce a casi todos , desde su lugar puede mirar el panorama , ser la puerta divisoria con los de la casa, escuchar los secretos del patio y portar los adornos como si no le importara que le pusieran cosas encima, con la fidelidad ancestral de sus antepasados soporta que su única compañera sea una planta de tela que cree poder imitar a alguien,

El Boet naciô en un momento raro , antes de cumplir su primer año  el mundo decidió dar un giro a la inversa y algunos no se quisieron dar por enterados, hicieron de cuenta que todo seguía el curso de la vida como la conocían , con los mismos ingresos y etc.

¿Y que hicieron ellos? Bueno, le pusieron  toda la energía  que su espacio y sus clientes merecen para hacer de cuenta también que no pasaba nada , que la vida seguía , que no había pasado de boet a loco directo.  David abrió la puerta cada mañana e Igor la cerrô cada tarde ,  Laura paseô por los intermedios, como si nada pasara, esperando todos a que el mundo diera otra vuelta y se llevara al bicho raro y les devolviera el futuro. 

Y la palmera se quedó quieta ahora con otra función : bancar a los fumadores , porque con la nueva normalidad no se podía fumar en otro lado más que en ese patio , así que comenzó a escuchar distintas confidencias y a servir para nuevos fines , seguramente tiene una grieta más en su tronco pero nadie nunca se las ha contado así que no se enteran . Le trajeron un par de amigas de otras especies , con quienes se comunica , cada quien en su lenguaje , por eso esta contenta, ya no es el único testigo de lo que pasa en el Boet ,  desde sus ramas les pasa gotitas de auxilio , ellas no pueden sobrevivir con las mismas dosis .

El Boet sigue ahí, trasplantado, con pocos visitantes, con menos actividad , a la espera de nuevos veranos  ,  con mucha , mucha paciencia , porque para aguantar en la ola del coronavirus , hay que tener paciencia  y la palmera sabe de eso , por eso dicen que esta boet. 

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